Aprendizaje perceptivo-motor
El aprendizaje perceptivo-motor es fundamental en la vida humana, extendiéndose más allá del mero manejo de información verbal o escrita. Las personas necesitan actuar sobre el mundo, tomando decisiones, resolviendo problemas y manipulando objetos. Este aprendizaje involucra adquirir habilidades para percibir estímulos relevantes, planificar y ejecutar movimientos, y realizar conductas observadas en otros. La práctica, ya sea directa o vicaria (observacional), es esencial para que estas habilidades se vuelvan diestras, se consoliden en la memoria a largo plazo y se automaticen.
El aprendizaje procedimental se refiere a la adquisición de acciones, operaciones, procedimientos y reglas, que pueden ser motoras y observables (como regar plantas o manejar un volante) pero que también poseen un fuerte componente mental o cognitivo. Estas habilidades varían en complejidad, desde acciones simples (como usar unas tijeras) hasta habilidades altamente complejas (como pilotar un avión o realizar una cirugía).
Este tipo de aprendizaje no es exclusivamente motor, ya que en él intervienen diversos procesos psicológicos: cognitivos (planificación, toma de decisiones), motivacionales y emocionales (interés, manejo de la frustración), perceptivos (identificación de estímulos), atencionales (focalización), e incluso rasgos de personalidad.
Las tareas motoras humanas son generalmente complejas, requieren series de acciones coordinadas, y toman tiempo y esfuerzo para ser aprendidas. Involucran el uso efectivo de tácticas y estrategias, y requieren el manejo adecuado de emociones, especialmente en condiciones estresantes o de alta demanda. Una vez aprendidas, forman parte del conocimiento procedimental, relacionado con la producción y control de respuestas motrices, a menudo descrito como "saber cómo".
La representación procedimental difiere de la declarativa o semántica ("saber qué"). Se manifiesta en dos tipos de capacidades: destrezas o habilidades para la ejecución rutinaria y automática en condiciones estables, y estrategias para la acción flexible en condiciones variables o complejas. Estas habilidades buscan siempre eficacia (logro de objetivos), eficiencia (coste del esfuerzo, tiempo o recursos para ser eficaz), y efectividad (calidad y consistencia de los logros).
Conocimiento conceptual (Declarativo) | Conocimiento procedimental | |
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Consiste en | Saber qué | Saber cómo |
Tarea principal durante la adquisición o entrenamiento | Leer, escuchar, comprender conceptos | Realizar acciones o conductas en contexto (práctica, ejercicio) |
Tipo de información necesaria | Verbal, conceptual, factual | Secuencia de acciones, pautas de acción, sensaciones motoras |
Posibilidad de verbalización de sus contenidos | Generalmente fácil de verbalizar | A menudo difícil de verbalizar ("lo sé hacer, pero no explicar") |
Se posee | A menudo como "todo o nada" (se sabe o no se sabe) | Gradualmente (se puede tener más o menos habilidad) |
Se adquiere | Puede ser rápidamente (comprensión súbita) | Gradualmente, a través de la práctica repetida |
Procesamiento y recuperación | Esencialmente controlado, consciente e intencional | Tiende a volverse automático con la práctica |
Características
El aprendizaje motor enfatiza más los procesos y operaciones cognitivas involucradas (como la percepción, la toma de decisiones y la planificación) que el resultado motor final observable. Según Hotz (1985), implica una acción-representación mental, donde la memoria (tanto de trabajo como a largo plazo) es crucial. Schmidt (1982) lo define como un aprendizaje que incluye discriminación estimular, toma de decisiones y procesamiento informativo a través de fases como la identificación del estímulo, la selección de la respuesta y la programación de la respuesta motora.
El aprendizaje motor, según Schmidt (1982), tiene las siguientes características clave:
- Proceso interno: más que un simple cambio conductual observable, es un conjunto de procesos internos (neuronales, cognitivos) que resultan de la interacción con el entorno.
- Resultado de práctica y experiencia: Se adquiere fundamentalmente a través de la práctica activa, aunque también influyen las demostraciones, instrucciones verbales y la reflexión sobre la propia ejecución.
- No directamente observable: Inferimos el aprendizaje a través de la mejora en el rendimiento, pero el cambio subyacente ocurre en las capacidades internas del individuo (sistema nervioso central).
- Capacidad adquirida para responder (hábito): Genera una disposición o capacidad mejorada para ejecutar eficientemente tareas motoras específicas.
- Relativamente permanente: Los cambios producidos por el aprendizaje tienden a perdurar en el tiempo, diferenciándose de cambios transitorios debidos a fatiga, motivación o fármacos.
- Puede ser negativo: Aunque usualmente implica mejora, la práctica incorrecta o en condiciones inadecuadas puede llevar al aprendizaje de hábitos motores ineficaces o perjudiciales.
Sage (1977) introdujo la importancia crucial del feedback (retroalimentación) en el aprendizaje motor. El feedback se refiere a la información que una persona recibe como resultado de realizar una acción o movimiento, permitiéndole evaluar su ejecución y realizar ajustes. La precisión, contenido y momento del feedback son esenciales en el proceso de aprendizaje. Sage distingue entre 2 tipos principales de feedback:
- Feedback intrínseco: Información sensorial inherente a la propia ejecución de la respuesta (ej. la sensación cinestésica de mover un brazo, el sonido de la pelota al golpear la raqueta).
- Feedback extrínseco (o aumentado): Información adicional proporcionada por una fuente externa (ej. un entrenador diciendo "levanta más el codo", ver la repetición en video de un movimiento, conocer el tiempo obtenido en una carrera).
La comprensión del aprendizaje motor ha evolucionado significativamente. Desde un enfoque predominantemente conductista (centrado en la relación estímulo-respuesta y el refuerzo) hasta los años 50, se pasó a un enfoque cognitivo que enfatiza la actividad mental interna, los modelos de procesamiento de la información, la neurociencia cognitiva y la interacción compleja de procesos perceptivos, cognitivos y motores. Este enfoque resalta la importancia de la práctica deliberada, la representación mental y factores cognitivos (como la atención, la memoria y la toma de decisiones) en el aprendizaje y ejecución de habilidades motoras. El enfoque cognitivo ve al aprendiz como un procesador activo de información que construye y refina sus habilidades. Facilita el desglose de habilidades motrices complejas en elementos más simples, destacando el papel del mecanismo de asociación entre estímulos, respuestas y consecuencias, y la importancia de la autorregulación a través del feedback.
Etapas
Las etapas del aprendizaje motor varían ligeramente entre las distintas teorías principales, como muestra el siguiente cuadro comparativo:
Etapas | Laucken y Schick (1977) | Famoso y Durand (1988) | Rigal (1990) |
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1ª | Exploración | Percepción | Cognitiva |
2ª | Planificación y preparación; Apreciación y elección | Captación de elementos importantes | Preparatoria |
3ª | Ejecución | Elaboración mental del comportamiento motor | Activa |
4ª | Verificación y revisión | Realización con resultados | Evaluativa |
5ª | Verificación y revisión | Elaboración de la próxima acción | Mnemónica |
Sin embargo, un modelo muy influyente y que resume bien el proceso es el de Fitts y Posner (1967), que propone 3 fases principales en el aprendizaje de habilidades motoras:
- La Fase Cognitiva (Inicial): Se centra en comprender la tarea y desarrollar las estrategias iniciales. El aprendiz dedica mucha atención a identificar qué hacer, cómo hacerlo y cuáles son los objetivos. La ejecución es lenta, inconsistente y con muchos errores. Se depende mucho de instrucciones verbales y demostraciones. Es crucial captar y adquirir la idea general del movimiento. La duración de esta fase varía según la complejidad de la tarea, la experiencia previa de la persona y la frecuencia de práctica.
- La Fase Asociativa (Intermedia): Con la práctica, se empiezan a refinar los patrones motores. Se detectan y corrigen errores, se reduce la variabilidad y aumenta la consistencia en la ejecución. El movimiento se vuelve más fluido y eficiente. La dependencia de la atención consciente disminuye, aunque todavía es necesaria para los ajustes finos. Se fortalecen las asociaciones entre los estímulos relevantes y las respuestas adecuadas.
- La Fase Autónoma (Final): Se caracteriza por una ejecución altamente eficiente, automática y con mínimo esfuerzo atencional. El movimiento, ahora dominado y automatizado, se realiza con gran precisión y consistencia, incluso en condiciones variables o bajo presión. Las subrutinas de la habilidad se integran fluidamente. La atención puede dirigirse a otros aspectos de la tarea (estrategia, entorno) en lugar de a la mecánica del movimiento. Esta fase se destaca por la "economía operacional", con menor fatiga y atención requerida. La retroalimentación intrínseca y el ajuste fino de la reacción son cruciales para mantener y perfeccionar la habilidad en este nivel experto. La automaticidad alcanzada libera recursos cognitivos.
Para facilitar el aprendizaje perceptivo-motor en todas sus fases, es importante utilizar materiales e información adecuados (instrucciones claras, demostraciones efectivas) y fomentar un clima motivacional apropiado. Las estrategias incluyen variar las condiciones de práctica (para fomentar la adaptabilidad), valorar el esfuerzo y el progreso (no solo el resultado final), proporcionar retroalimentación efectiva y específica, ajustar las expectativas al nivel del aprendiz, y fomentar la participación activa en la definición de objetivos y la aplicación de refuerzos positivos.
Aprendizaje observacional de destrezas motoras
El canal visual es fundamental en la mayoría de los aprendizajes motrices. Como señalaba Bruner (1970), las personas a menudo desean ver cómo se hace antes de intentarlo. Lo que la persona aprende a través de la demostración (modelado) es una representación perceptiva y simbólica de la secuencia de acciones que componen la habilidad. Esta representación mental deberá ser transpuesta posteriormente en una secuencia de acciones motoras propias. La demostración permite al observador establecer un plan de acción inicial y proporciona una guía para su propia ejecución y corrección.
Toda conducta observable compleja se adquiere a través de un proceso de aprendizaje motor que a menudo incluye la observación. En primer lugar, se forma una representación cognitiva de las acciones observadas y se organizan mentalmente para la ejecución. Luego, mediante la práctica, se van formando y refinando reglas y patrones de actuación que permiten ir ejecutando cada vez mejor la destreza. La corrección de errores se realiza a través de la retroalimentación (tanto intrínseca como extrínseca). Progresivamente, con el efecto de la práctica continuada, la ejecución se va volviendo más rápida y fluida. Finalmente, el desempeño puede llegar a automatizarse, efectuándose como una unidad conductual completa y eficiente, liberando recursos atencionales.