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Desarrollo humano

estadística

El desarrollo humano es un proceso continuo que se extiende a lo largo de toda la vida. Este proceso implica que el ser humano evoluciona y cambia durante toda su vida, interactuando constantemente con los diferentes contextos a su alrededor.

El concepto de desarrollo humano se caracteriza por su multidimensionalidad y multidireccionalidad, lo que significa que el desarrollo afecta múltiples aspectos del ser humano y que estos aspectos pueden cambiar en diferentes direcciones a lo largo del tiempo.

Además, este proceso es tanto interindividual (comparaciones entre diferentes individuos) como intraindividual (cambios dentro del mismo individuo).

Estas características subrayan la complejidad y la riqueza del desarrollo humano, que no se limita a una única dimensión ni sigue una trayectoria fija, sino que es un fenómeno dinámico y adaptable que varía entre individuos y contextos.

Etapas del desarrollo humano

El desarrollo humano es un proceso de evolución continua que sufre el ser humano desde su concepción y nacimiento hasta su fallecimiento. Para entender este proceso de manera más estructurada, se han establecido ocho etapas del ciclo vital, cada una con características y desafíos muy específicos.

  1. Etapa Prenatal: Comprende el periodo desde la concepción hasta el nacimiento. Es una fase crítica donde se forman las bases biológicas del ser humano.
  2. Infancia: Desde el nacimiento hasta los 3 años. Es un periodo de rápido crecimiento y desarrollo, tanto físico como cognitivo.
  3. Niñez Temprana: De los 3 a los 6 años. Durante esta etapa, los niños desarrollan habilidades motoras, cognitivas y sociales fundamentales.
  4. Niñez Media: De los 6 a los 11 años. Aquí se consolidan las habilidades académicas y sociales, y los niños empiezan a formar una identidad más definida.
  5. Adolescencia: Desde los 11 años hasta aproximadamente los 20 años. Es un periodo de transición marcado por cambios físicos, emocionales y sociales significativos.
  6. Adultez Emergente/Temprana: Esta subetapa de la adultez abarca desde el final de la adolescencia hasta los 40 años. Es una fase donde se toman decisiones importantes sobre la carrera, relaciones y estilo de vida.
  7. Adultez Media: De los 40 a los 65 años. Durante esta etapa, las personas suelen alcanzar la estabilidad en sus vidas profesionales y personales, pero también enfrentan la crisis de la mediana edad.
  8. Adultez Tardía y Vejez: A partir de los 65 años en adelante. Es una etapa donde se producen cambios significativos en la salud física y mental, y las personas suelen reflexionar sobre su vida y legado.

Por ejemplo, yo nací el año 1990. Eso significa que ahora me encuentro en el siguiente periodo de mi desarrollo:

La Psicología del Desarrollo se centra en interpretar, describir y explicar las transformaciones psicológicas vinculadas al proceso de desarrollo humano. Esto implica comprender los cambios en las capacidades, facultades y procesos psíquicos a lo largo de la vida. En esencia, tiene el objetivo de describir, explicar y optimizar el desarrollo humano.

La Psicología del Desarrollo se nutre de otras ramas de la Psicología, como el psicoanálisis, la psicología cognitiva, la neuropsicología; e incluso de otras ciencias, como la biología o la lingüística.

La Psicología del Desarrollo es la rama de la Psicología que estudia los cambios sistemáticos que experimentan las personas y cómo estos cambios se mantienen estables a través del tiempo.

7 Principios del desarrollo humano

Paul B. Baltes, un destacado psicólogo del desarrollo, propuso en la década de 1980 un modelo comprensivo del desarrollo humano. Este modelo se fundamenta en siete principios clave que describen la naturaleza del desarrollo a lo largo del ciclo vital.

Primero, Baltes afirmó que el desarrollo humano dura toda la vida. Esto significa que las personas continúan evolucionando y cambiando desde el nacimiento hasta la muerte, influenciadas por sus experiencias pasadas y afectando su futuro.

En segundo lugar, el desarrollo humano es multidimensional. Ocurre en muchas dimensiones que interactúan, incluyendo las biológicas, psicológicas y sociales. Cada una de estas dimensiones se desarrolla a ritmos distintos, reflejando la complejidad del proceso de desarrollo.

Tercero, el desarrollo es multidireccional. Cuando una persona avanza en un campo, puede experimentar retrocesos en otros. Este principio reconoce que el desarrollo implica tanto ganancias como pérdidas simultáneamente, en diferentes áreas de la vida.

El cuarto principio de Baltes se refiere a la influencia relativa de la biología y la cultura. A lo largo del ciclo de vida, tanto la biología como la cultura influyen en el desarrollo, pero el equilibrio entre estas influencias cambia con el tiempo. Esto destaca la interacción dinámica entre los factores innatos y ambientales en el desarrollo humano.

El quinto principio establece que el desarrollo implica modificar la distribución de los recursos. A medida que las personas avanzan en sus vidas, invierten sus recursos de tiempo, energía, talento, dinero y apoyo social de diversas maneras, adaptándose a nuevas circunstancias y desafíos.

El desarrollo también es plástico, según Baltes. Muchas capacidades, como la memoria, la fuerza y la resistencia, pueden mejorar significativamente con el entrenamiento y la práctica, incluso en edades avanzadas. Esta plasticidad permite que las personas se adapten y cambien en respuesta a sus experiencias.

Finalmente, el contexto histórico y cultural influyen en el desarrollo. Baltes subrayó que el desarrollo humano no ocurre en el vacío, sino que está profundamente condicionado por el contexto en el que vive cada persona, incluyendo los eventos históricos y las normas culturales que prevalecen en su entorno.

En resumen:

  1. El desarrollo humano dura toda la vida, y además está influencia por lo que pasó antes de nacer, y afectará a lo que vendrá después de morir
  2. El ser humano es multidimensional. Es decir, el desarrollo ocurre a nivel biológico, psicológico, social, etc.
  3. El desarrollo es multidireccional, de forma que una persona puede desarrollarse en un ámbito y no en otro.
  4. La influencia relativa de la biología y la cultura varía durante el ciclo de vida. Es decir: en las etapas iniciales de la vida, la biología tiene mayor influencia.
  5. El desarrollo implica la modificación de la distribución de recursos. Es decir, en distintos periodos del desarrollo, se invierten más o menos recursos.
  6. El desarrollo es plástico, es decir: el entrenamiento y la práctica tienen efecto sobre el desarrollo.
  7. El desarrollo está influido por el contexto histórico y cultural.

Estos siete principios propuestos por Paul B. Baltes proporcionan un marco teórico esencial para entender el desarrollo humano como un proceso complejo, dinámico y continuo, que es influenciado por múltiples factores y que abarca toda la vida.

Conceptos básicos: maduración y aprendizaje

Hay dos conceptos fundamentales: maduración y desarrollo.

Maduración

La maduración es el desarrollo biológico del ser humano, influenciado por la genética del individuo y de su especie. Este complejo proceso abarca desde los primeros pasos de un niño, el desarrollo sexual y la habilidad para empatizar con otros. Además de programar comportamientos instintivos básicos para la supervivencia y reproducción, la herencia también determina predisposiciones individuales que influyen en el ritmo de maduración y la susceptibilidad a ciertas enfermedades.

Estudios neurológicos han mostrado que heredamos patrones de conectividad cerebral, sugiriendo que tendemos a formar ciertas conexiones neuronales específicas. Esto refleja cómo la evolución, el desarrollo y las experiencias, moldeadas por la selección natural, nos han dotado de conocimientos esenciales sobre nuestro entorno, actual y los pasados. Es decir, nacemos con esquemas innatos que predisponen nuestro comportamiento y nuestras percepciones.

Este concepto se asemeja a los mecanismos innatos de liberación identificados por Lorenz en 1943, que explican comportamientos automáticos en animales desencadenados por estímulos específicos. Es también semejante a los arquetipos de Jung, que son ideas fundamentales presentes en rituales, mitos y creencias religiosas comunes a todas las culturas, como los conceptos de muerte y resurrección.

Aprendizaje

El aprendizaje es el proceso que permite que las experiencias modifiquen de manera permanente nuestros sentimientos, pensamientos y comportamientos.

La experiencia influye significativamente en la personalización de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Un ejemplo claro es el papel de la observación e interacción con los padres en el aprendizaje de los niños, destacando cómo adquieren nuevas formas de comportamiento, hábitos y habilidades, según señalan los psicólogos del aprendizaje como Bandura en 1987.

Características básicas del desarrollo

El desarrollo humano tiene varias características fundamentales que lo definen y lo diferencian de otros procesos.

  1. Continuo y acumulativo: La única constante durante el desarrollo es el cambio. Los cambios en cada fase del desarrollo influyen de manera decisiva en las fases siguientes, creando un proceso acumulativo donde cada etapa se construye sobre la anterior.
  2. Holístico: En el desarrollo humano intervienen procesos físicos, cognitivos, afectivos y sociales. Cada uno de estos componentes influye en los otros, y no es factible analizarlos de forma aislada. Esta interdependencia subraya la naturaleza integral del desarrollo.
  3. Plástico: Durante el desarrollo, existe la capacidad de modificar las respuestas dependiendo del resultado de las experiencias. Esta plasticidad implica que las personas pueden adaptarse y cambiar a lo largo de sus vidas en respuesta a diferentes circunstancias y contextos.
  4. Condicionado por el contexto histórico-cultural: El desarrollo humano está profundamente influenciado por el contexto histórico y cultural en el que ocurre. Este contexto proporciona el marco en el que se desarrollan y evolucionan los procesos físicos, cognitivos, afectivos y sociales.

Estas características subrayan la complejidad y la dinámica del desarrollo humano, destacando la importancia de considerar múltiples factores y dimensiones al estudiar cómo evolucionan las personas a lo largo de sus vidas.

Dimensiones de la edad

En el contexto del desarrollo en la edad adulta y la vejez, es fundamental entender el concepto de edad desde diferentes perspectivas. Estas perspectivas nos ayudan a captar la complejidad del proceso de envejecimiento y sus múltiples dimensiones.

  • La edad cronológica es quizás la más directa, referida al tiempo transcurrido desde el nacimiento hasta el momento presente de una persona. Es un indicador básico que todos comprendemos intuitivamente, ya que se mide en años y es un reflejo del paso del tiempo.
  • Por otro lado, la edad biológica considera los cambios físicos y biológicos que ocurren en el cuerpo a lo largo del tiempo. Esto incluye la transformación de estructuras celulares, tejidos, órganos y sistemas del organismo. Estos cambios biológicos son esenciales para entender el proceso de envejecimiento a un nivel más profundo, ya que afectan directamente la funcionalidad y la salud del individuo.
  • La edad psicológica añade otra capa al análisis, enfocándose en cómo los aspectos cognitivos, afectivos y de personalidad se desarrollan y cambian a lo largo del ciclo vital. Esta dimensión es crucial para entender cómo las experiencias y el desarrollo mental influyen en la percepción y comportamiento de una persona a medida que envejece.
  • La edad social se mide según la capacidad del individuo para contribuir al trabajo, proteger al grupo al que pertenece y su utilidad dentro del contexto social. Este aspecto de la edad nos permite evaluar el rol y la integración del individuo en su entorno social y comunitario, ofreciendo una visión de su participación activa y su relevancia social.
  • Finalmente, la edad funcional se define a través del nivel de competencia conductual de la persona. Esta perspectiva es práctica y valiosa para determinar cuán bien puede una persona manejar sus actividades diarias y mantener su independencia.

Estas diferentes dimensiones de la edad no solo nos proporcionan una visión más completa del envejecimiento, sino que también nos permiten desarrollar estrategias más efectivas para el cuidado y el apoyo de las personas mayores. Entender estas categorías nos ayuda a abordar mejor las necesidades individuales y a fomentar un envejecimiento saludable y activo.