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😫 Dolor

Esta sección explora el dolor, un sentido que actúa como un mecanismo de defensa crucial que alerta al cuerpo sobre lesiones o enfermedades.

Contexto: el dolor

Este tema se centra en el dolor. El dolor es uno de los sentidos cutáneos, que a su vez es parte del sistema somatosensorial.

El sistema somatosensorial se compone de tres sentidos:

  1. Los sentidos cutáneos, responsables de las percepciones como el Tacto y el Dolor, que por lo general son causadas por la estimulación de la piel.
  2. La propiocepción, o capacidad para percibir la posición del cuerpo y las extremidades.
  3. La cinestesia, o capacidad para sentir el movimiento del cuerpo y las extremidades.

Conceptualización

El dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con una lesión tisular real o potencial, o descrita en términos de tal lesión.

El dolor es importante para la supervivencia, ya que ayuda a proteger el cuerpo al advertir sobre daños físicos y permitir una reacción rápida para evitar o minimizar lesiones.

Tipos de dolor

Scholz y Woolf (2002) distinguen tres tipos diferentes de dolor

  • El dolor nocioceptivo es el dolor causado por la activación de los receptores cutáneos llamados nocioceptores. Existen varios tipos diferentes de nocioceptores, que responden a los distintos estímulos: térmicos, químicos, de presión intensa y frío.
  • El dolor inflamatorio es el dolor causado por la lesión de los tejidos, las inflamaciones en las articulaciones o por células tumorales.
  • El dolor neuropático es el dolor causado por lesiones u otros daños al sistema nervioso.

Factores que intervienen en la percepción del dolor

En la década de los 50, los invesigadores propusieron el Modelo del dolor por vía directa. Es el primer marco teórico para el dolor. Según este modelo, el dolor se produce cuando se estimulan los nocioreceptores de la piel, quienes envían las señales al cerebro.

Sin embargo, investigaciones posterior revelaron que la percepción del dolor no es tan directa entre los nocioreceptores y el cerebro, sino que hay otros factores que intervienen en la percepción del dolor.

En la década de los 60, las investigaciones apuntaban también al hecho de que la percepción del dolor puede aumentar si la atención se centra en el estímulo, o disminuir si se ignora el estímulo. Estudios más recientes han demostrado que la función cognitiva tiene cierto impacto sobre el dolor.

El estado mental

Beecher (1959) observó que la mayoría de los soldados estadounidenses heridos durante la Segunda Guerra Mundial negaban por completo el dolor producido por las heridas graves. Similarmente, afirmaban que les dolía tan poco que no querían tomar ningún medicamento para aliviarlo.

Una de las razones era que los soldados percibían sus heridas como una oportunidad para escapar del campo de batalla, para recuperarse en un hospital lejos del fuego enemigo.

Como conclusión, Beecher dedujo que el estado mental debe influir en la percepción del dolor. Esto implica que un paciente con una herida determinada pueden sobreestimar o infraestimar su gravedad si se basa en su percepción del dolor, dado que su estado mental pueda varias.

La atención

El hecho de que a veces las personas no sientan dolor hasta que no se percatan de haber sufrido una lesión indica que el dolor no se puede explicar sólo con la estimulación de la piel.

En base a estos descubrimientos Melzal y Wall (1965) propusieron un mecanismo llamado modelo del control de la puerta. Este modelo sigue vigente en la actualidad.

El potencial de efecto de la desviación de la atención puede calmar el dolor.

Expectativa

En estudios hospitalarios, los pacientes que reciben instrucciones sobre cómo relajarse, solicitaron menos analgésicos después de una cirugía y tuvieron una recuperación más rápida. De media, los pacientes que reciben formación sobre cómo relajarse regresaron a casa 2,7 días antes que los pacientes que no recibieron esta información.

Por otro lado, la investigación ha documentado el efecto placebo.

Contenido emocional

Además de la mera distracción, las investigaciones han demostrado que el contenido emocional del material distractor tiene un efecto sobre el dolor.

La investigación más habitual es la llamada Cold Pressor Test, donde los sujetos debían mantener su mano dentro de agua muy fría, mientras veían imágenes dispuestas por los investigadores. Algunas de estas imágenes eran positivas (imágenes de bebés, parques de atracciones...), mientras que otras eran negativas (imágenes de tiburones, arañas...). Los participantes que veían imágenes positivas duraron más tiempo con la mano bajo el agua.

Es decir, los estímulos con contenido emocional positivo incremental el umbral del dolor de los participantes.

Hipnósis

La hipnósis es una actividad cognitiva que también parece tener impacto sobre la percepción del dolor. También podemos entender que la influencia de la hipnósis sobre el dolor es la misma que la influencia de la expectativa. Es decir, cuando un sujeto está bajo hipnósis es más sugestionable y por tanto el efecto de la expectativa sobre su percepción del dolor es mayor.

La evidencia es clara respecto a que los sujetos pueden sentir dolor a pesar de no existir ningún estímulo doloroso en los receptores cutáneos.

Por otro lado, los experimentos demuestran que cuando una persona está bajo hipnósis y es convencida de que en realidad no hay un estímulo doloroso, su percepción del dolor es menor.

Pregunta

Entre los posibles factores intervinientes o moduladores de la percepción del dolor están (señala la opción incorrecta)

Modelo del control de la puerta (Gate Control Theory)

Este modelo, a diferencia del Modelo del dolor por vía directa, propone que las señales del dolor no viajan directamente desde los nocioreceptores hasta el cerebro, sino que primero entran en la médula espinal, donde pueden ser moduladas. Gracias a esta adición, el modelo reconoce el papel de los factores psicológicos en la percepción del dolor. Elementos como la atención, el estado emocional y las experiencias previas pueden influir en la apertura o cierre de la puerta.

El Modelo del control de la puerta fue propuesto por Ronald Melzack y Patrick Wall en 1965 y representa un cambio fundamental en la comprensión del dolor.

El modelo sugiere que la transmisión del dolor no es directa ni unidireccional desde los nocioreceptores hasta el cerebro. Postula que hay una "puerta" en la médula espinal que controla el flujo de señales de dolor al cerebro.

La puerta no es una puerta; es una metáfora

Esta "puerta" no es una estructura física, sino más bien un mecanismo metafórico que describe cómo ciertas señales nerviosas pueden inhibir o potenciar el paso de las señales de dolor.

La "puerta" se encuentra en la sustancia gelatinosa de la médula espinal. Dependiendo de la actividad relativa de las fibras nerviosas de pequeño y gran diámetro, esta puerta puede abrirse para permitir que las señales de dolor pasen al cerebro o cerrarse para bloquearlas.

Pregunta

El modelo de control de la puerta propone (señala la opción correcta)

Fisiología del dolor

Nocioreceptores

Los nocioreceptores son el receptor sensorial responsable de detectar el dolor. Estos receptores están diseñados para responder a estímulos potencialmente dañinos, como una lesión.

Cuando los nocioreceptores detectan una señal de peligro, envían señales a través del sistema nervioso hasta el cerebro, donde se interpreta como dolor.

Los nocioreceptores se encuentran en muchas partes del cuerpo, incluyendo la piel, los órganos internos y las articulaciones.

Células T

La intensidad del dolor se determina por la cantidad de actividad de las células T. Cuanto más actividad tienen las células T, mayor es la percepción del dolor.

Control central

Como explica el Modelo del control de la puerta, el cerebro también puede enviar señales descendentes a la médula espinal para modular la apertura o cierre de la puerta, influenciando así la percepción del dolor. Estas señales se transmiten a través del control central.

El control central es el conjunto de fibras que pueden ejercer control descendente. Son fibras que pueden ser influídas por los factores psicológicos, como la atención. En esencia, estas fibras pueden cerrar la puerta. O lo que es lo mismo: reducir la actividad de las células T, y por lo tanto disminuir la percepción del dolor.

Fibras nerviosas

Las señales de dolor son transmitidas por fibras nerviosas de pequeño diámetro, que podemos llamar Fibra P (por pequeña) o Fibra S (por small). Es decir, las fibras pequeñas abren la puerta y contribuyen a la excitación de las células T y por tanto a la mayor sensación del dolor.

Por otro lado, las fibras de mayor diámetro transmiten sensaciones táctiles no dolorosas. Estas pueden, en ciertas condiciones, inhibir la transmisión del dolor. Las fibras grandes las podemos llamar Fibra G (por grande) o Fibra B (por big). Es decir, las fibras grandes cierran la puerta y contribuyen a la inhibición de las células T y por tanto a la mayor sensación del dolor.

Sustancia gelatinosa

La sustancia gelatinosa, o SG, es una región en la médula espinal donde se cree que se modulan las señales de dolor antes de que se transmitan al cerebro.

Los símbolos + y - al lado de SG representan respectivamente la activación y la inhibición de las señales de dolor en la sustancia gelatinosa. La actividad de la sustancia gelatinosa es modulada tanto por señales ascendentes (desde las fibras nerviosas) como por señales descendentes (desde el control central, o el cerebro), lo que afecta la transmisión de la información del dolor hacia el cerebro.

El cerebro

El cerebro no tiene una sola área para procesar el dolor, pero cada área parece estar especializada en un componente de la percepción del dolor.

Matriz de dolor

La percepción del dolor sucede en muchas áreas cerebrales. Es decir, no está focalizado en una única zona del cerebro. Llamamos matriz del dolor al conjunto de regiones del cerebro que intervienen en la percepción del dolor.

Especificidad cerebral

Sin embargo, determinadas zonas de esa matriz son responsables de procesar componentes específicos del dolor. Es decir, la percepción del dolor el cerebro sí tiene especificidad cerebral.

Endorfinas y opiáceos

Los investigadores han establecido que los opiáceos actúan sobre unos determinados receptores cerebrales. Es decir, podemos decir que existen receptores opiáceos, o al menos que hay una especificidad cerebral por la cual esos receptores se especializan en opiáceos.

Estos receptores son los mismos receptores que interactúan con las endorfinas. Las endorfinas son sustancias que deducen la percepción del dolor. Desde el punto de vista fisiológico, los opiacios como la heroína o la naloxona son sucedáneos de las endorfinas, ya que interactúan con los mismos receptores.

Sin embargo, investigaciones recientes apuntan a que, más allá de actuar como sustitutos, los opiacios son adversarios de las endorfinas, porque compiten por los mismos receptores. Es decir: en presencia de los opiaceos, las endorfinas tienen un efecto menor porque sus receptores especializados están ocupados.

Pregunta

En los experimentos sobre el papel de la naloxona, se puede concluir (señala la opción incorrecta)