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Sistema de protección

El sistema de protección del sistema nervioso incluye varias estructuras y mecanismos que tienen como función principal proteger el cerebro y la médula espinal de daños físicos y de sustancias nocivas. Estas estructuras y mecanismos son:

Meninges

Las meninges son tres membranas protectoras que recubren el cerebro y la médula espinal. Están formadas por tejido conjuntivo resistente. Permite estabilizar la posición y la estructura del sistema nervioso, inmovilizando al cerebro.

  1. Duramadre: es la capa externa, más gruesa y resistente.
    • En el encéfalo, está fijada al cráneo y a la aracnoides.
    • En la médula espinal, existe un espacio entre la pared del canal vertebral y la duramadre, llamado espacio epidural.
    • A través de la duramadre transcurren arterias cuya función es irrigar el sistema nervioso.
  2. Aracnoides: es la capa intermedia, más blanda y esponjosa.
    • Entre la aracnoides y la piamadre, se encuentra el espacio subaracnoideo, lleno de líquido cefalorraquídeo (LCR).
  3. Piamadre: es la capa interna adherida al tejido nervioso.

En el sistema nervioso periférico, la duramadre y la piamadre se fusionan formando una vaina que rodea los nervios espinales, los pares craneales y los ganglios periféricos.

Espacio subaracnoideo

El espacio subaracnoideo es la zona entre la aracnoides y la piamadre. Este espacio se comunica con el sistema ventricular a través de los agujeros de Luschka y Magendie, permitiendo que el líquido fluya desde los ventrículos del sistema ventricular hacia el espacio subaracnoideo.

Sistema ventricular

El sistema ventricular es un conjunto de cavidades internas del sistema nervioso central.

Concretamente, el sistema ventricular del cerebro está compuesto por cuatro cavidades interconectadas llenas de líquido cefalorraquídeo (LCR). Este sistema incluye:

  1. Ventrículos laterales: son dos cavidades grandes, una en cada hemisferio cerebral.
  2. Tercer ventrículo: situado en la línea media del cerebro, debajo de los ventrículos laterales.
  3. Acueducto de Silvio: un canal estrecho que conecta el tercer ventrículo con el cuarto ventrículo.
  4. Cuarto ventrículo: situado entre el tronco del encéfalo y el cerebelo.

Líquido cefalorraquídeo (LCR)

El líquido cefalorraquídeo (LCR) es un líquido claro y transparente que rodea y protege el cerebro y la médula espinal. Tiene varias funciones esenciales para el funcionamiento y la protección del sistema nervioso central. A continuación, se detallan sus características, funciones y su circulación en el cuerpo.

  • Protección física: actúa como un amortiguador, protegiendo el cerebro y la médula espinal de lesiones causadas por golpes o movimientos bruscos.
  • Soporte mecánico: ayuda a mantener la flotabilidad del cerebro, lo que reduce su peso efectivo y evita que se deforme bajo su propio peso.
  • Regulación del entorno químico: mantiene un entorno químico estable para el cerebro, facilitando la eliminación de productos de desecho y la distribución de nutrientes.
  • Transporte de sustancias: distribuye hormonas y otros factores importantes a través del sistema nervioso central.

Producción y circulación del LCR

El LCR es producido principalmente por los plexos coroideos, que están ubicados en los ventrículos laterales, el tercer ventrículo y el cuarto ventrículo.

El LCR circula de la siguiente manera:

  1. El LCR fluye desde los ventrículos laterales a través de los agujeros interventriculares (de Monro) hacia el tercer ventrículo.
  2. Desde el tercer ventrículo, el LCR fluye a través del acueducto de Silvio hacia el cuarto ventrículo.
  3. Desde el cuarto ventrículo, el LCR puede fluir hacia el canal central de la médula espinal o salir del sistema ventricular a través de los agujeros de Luschka y el agujero de Magendie hacia el espacio subaracnoideo.

El espacio subaracnoideo se comunica con el sistema ventricular a través de los agujeros de Luschka y Magendie, permitiendo que el LCR fluya desde los ventrículos hacia el espacio subaracnoideo.

Una vez en el espacio subaracnoideo, el LCR circula alrededor del cerebro y la médula espinal. Finalmente, el LCR es absorbido por las vellosidades aracnoideas (también conocidas como granulaciones aracnoideas), que protruyen en los senos venosos durales.

Es decir: el LCR llena tanto el espacio subaracnoideo como el sistema ventricular, haciendo que la masa nerviosa tenga aproximadamente la misma densidad que el LCR, permitiendo:

  • Mantener la forma del encéfalo, ya que la masa nerviosa es muy blanda y se deformaría ante la fuerza de la gravedad y aceleraciones.
  • Proteger el SNC de lesiones por choques contra el hueso durante movimientos bruscos.

La presión del LCR está constantemente regulada por un sistema de secreción y drenaje. Es decir, los plexos coroideos producen LCR que se renueva cada siete horas, eliminándose por la orina. Para lograr esto, la vellosidades aracnoideas desaguan el LCR y pasan a la circulación venosa, para llegar a los riñones. Si este mecanismo se interrumpe, se produce hidrocefalia por obstrucción.

Barrera hematoencefálica (BHE)

La barrera hematoencefálica (BHE) es una barrera altamente selectiva entre los vasos cerebrales y el sistema nervioso central, que permite el equilibrio del ambiente neural.

Esta barrera permite el paso del agua, algunos gases y moléculas solubles en lípidos, así como el transporte selectivo de moléculas como glucosa y aminoácidos cruciales para la función neuronal.

Esto es esencial porque el cerebro no tiene reservas energéticas. Por lo tanto, constantemente necesita un influjo de glucosa y otros nutrientes. Este influjo está mediado por la barrera hematoencefálica; que no sólo permite el paso de sustancias necesarias, sino que además evita el paso de sustancias dañinas.