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Personalidad y salud

Conceptualización

La personalidad es un conjunto de características psicológicas que influyen en la forma en que una persona piensa, siente y se comporta. Siendo así, no es sorprendente que la personalidad pueda influir sobre el estado de salud o enfermedad de las personas. Este fenómeno ha sido objeto de estudio en la psicología de la salud, que se centra en cómo los factores psicológicos pueden influir en la salud y el bienestar de las personas.

La relación entre personalidad y enfermedad puede explicarse a través de distintos modelos. Estos modelos ayudan a entender cómo los rasgos de personalidad pueden influir en la salud y el bienestar de una persona. Los modelos se pueden agrupar en tres categorías:

  • Influencia directa del estrés: se enfocan en cómo la personalidad puede influir en la forma en que una persona experimenta y maneja el estrés, lo que directamente puede afectar su salud.
  • Influencia indirecta de hábitos de salud: se centran en cómo la personalidad puede influir en los hábitos de salud de una persona, lo que indirectamente puede afectar su salud.
  • Epifenómenos de predisposición genética asociados a la enfermedad: se centran en cómo la genética puede causar tanto la enfermedad como la personalidad.

Sin embargo, estos modelos no son excluyentes entre sí, sino que se enfocan en diferentes aspectos de la relación entre personalidad y salud que pueden interactuar entre sí.

Modelos

Modelo de estrés como mediador de la salud

Este modelo sugiere que ciertos rasgos de personalidad pueden predisponer a una persona a experimentar niveles más altos de estrés, lo que a su vez puede afectar negativamente su salud. Por ejemplo, una persona con alta ansiedad puede ser más propensa a experimentar estrés crónico, lo que puede llevar a problemas de salud como enfermedades cardíacas o trastornos gastrointestinales.

El autor que más ha contribuído al estudio de las alteraciones fisiológicas causadas por el estrés fue Hans Selye, quien estudió los efectos del estrés en las ratas a las que torturaba. La respuesta de estrés es una reacción fisiológica muy primitiva, que está presente en muchas especies para preparar al organismo para el ataque, la huída o el bloqueo.

Las alteraciones en la respuesta de estrés pueden tener graves consecuencias para la salud. Se considera que existe una llamada tríada del estrés, que incluye tres tipos de alteraciones:

  • Hipertrofia de las glándulas suprarrenales: las glándulas suprarrenales aumentan de tamaño debido a la producción excesiva de cortisol.
  • Involución de órganos linfáticos como el timo, el bazo o los ganglios linfáticos: el estrés crónico puede debilitar el sistema inmunológico.
  • Úlcera gástrica: el estrés crónico puede provocar la aparición de úlceras gástricas. Varios estudios demuestran que, si bien las úlceras la causan las bacterias, la intervención psicológica o farmacológica orientada a reducir el estrés tiene efectos positivos sobre la evolución de la enfermedad.

En general, la evidencia más reciente coincide en que el estrés está asociado con alteraciones del sistema cardiovascular, el sistema inmunológico y el sistema digestivo. Por ejemplo, el estrés crónico puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión o la enfermedad coronaria.

Lazarus y Folkman (1986)

El modelo de Lazarus y Folkman, llamado Modelo transaccional del estrés, y también llamado Teoría cognitivo-relacional, explica el estrés como un proceso que surje de la interacción entre el organismo y una situación. El estrés no es una respuesta automática a un acontecimiento, sino que depende de la interpretación del acontecimiento. Este modelo se basa en la teoría de la evaluación cognitiva, que se centra en cómo las personas evalúan y responden a situaciones estresantes.

Este modelo se centra en cómo las personas evalúan y responden a situaciones estresantes. Según Lazarus y Folkman, la forma en que una persona percibe un acontecimiento estresante (evaluación primaria) y su capacidad para afrontarlo (evaluación secundaria) son factores clave en la respuesta al estrés. La personalidad puede influir en estas evaluaciones y, por lo tanto, en la respuesta al estrés.

Los recursos que se evalúan en la evaluación secundaria pueden ser de diferentes tipos:

  • Estrategias de afrontamiento: formas en que una persona puede manejar el estrés, como la búsqueda de apoyo social, la resolución de problemas o la regulación emocional.
  • Recursos personales: habilidades, conocimientos y experiencias previas que una persona tiene para afrontar el estrés.
  • Recursos sociales: apoyo emocional, instrumental y de información que una persona puede recibir de su entorno social.

Las estrategias de afrontamiento pueden clasificarse en dos tipos:

  • Estrategias de afrontamiento centradas en el problema: se centran en abordar la causa del estrés y resolver el problema.
  • Estrategias de afrontamiento centradas en la emoción: se centran en manejar las emociones asociadas con el estrés, como la ansiedad o la tristeza.
  • Evitación: se refiere a evitar el problema o la situación estresante, lo que puede ser útil en algunas situaciones, pero también puede llevar a una falta de resolución del problema.

De acuerdo a este modelo, la personalidad puede influir en la forma en que una persona evalúa y responde a situaciones estresantes. Es decir, la personalidad puede afectar tanto la evaluación primaria como la evaluación secundaria. Asimismo, la personalidad puede influir en la elección de una u otra estrategia de afrontamiento, así como en la duración o intensidad de la respuesta de estrés.

Por ejemplo, una persona con alta autoeficacia puede evaluar una situación estresante como un reto y sentirse capaz de afrontarla, mientras que una persona con baja autoeficacia puede evaluarla como una amenaza y sentirse incapaz de manejarla.

Modelo de conductas de salud y enfermedad

Conductas de salud

Este modelo sugiere que ciertos rasgos de personalidad pueden influir en las conductas de salud de una persona, lo que a su vez puede afectar su salud. Por ejemplo, una persona con alta autoeficacia puede ser más propensa a adoptar conductas saludables, como hacer ejercicio regularmente y seguir una dieta equilibrada, lo que puede llevar a una mejor salud en general.

Conductas de enfermedad

De forma opuesta al modelo anterior, este modelo sugiere que ciertos rasgos de personalidad pueden influir en las conductas de enfermedad de una persona, lo que a su vez puede afectar su salud. Por ejemplo, una persona con alta neuroticismo puede ser más propensa a experimentar síntomas físicos y buscar atención médica, lo que puede llevar a un mayor diagnóstico de enfermedades.

Predisposición genética sin causalidad

Este modelo sugiere que tanto la personalidad como la predisposicón a ciertas enfermedades son elementos genéticos. Esto explica por qué hay asociación entre ciertos rasgos de personalidad y enfermedades específicas, sin necesariamente atribuir a la personalidad causalidad sobre las enfermedades ni viceversa.

Patrones de personalidad y salud

A lo largo de los años, se han propuesto diferentes patrones de personalidad que se asocian con la salud y el bienestar. Estos patrones de personalidad se han estudiado en relación con diferentes enfermedades y trastornos, y se ha encontrado que pueden influir en la forma en que una persona experimenta y maneja el estrés.

Personalidad tipo A

Este patrón de personalidad fué formulado por Friedman y Rosenman en 1950. Estos dos cardiólogos observaron que los pacientes con enfermedades coronarias presentaban un patrón de comportamiento caracterizado por:

  • Competitividad: las personas con este patrón tienden a ser muy competitivas y ambiciosas, lo que puede llevar a un alto nivel de estrés.
  • Impaciencia: las personas con este patrón suelen ser impacientes y tienen poca tolerancia a la frustración.
  • Sobrecarga de trabajo: las personas con este patrón tienden a trabajar en exceso y a tener dificultades para relajarse.
  • Hostilidad: las personas con este patrón pueden ser hostiles y agresivas, lo que puede afectar negativamente sus relaciones interpersonales. Por ejemplo, responden de forma hostil cuando son interrumpidos o cuando no se cumplen sus expectativas laborales.

Debido a estos rasgos comunes, concluyeron la existencia de un patrón de personalidad tipo A, que se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Este patrón de personalidad se caracteriza por una alta reactividad emocional y una respuesta de estrés intensa.

Entre todos los rasgos de personalidad tipo A, la hostilidad es el que más se asocia con problemas de salud. La hostilidad se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, hipertensión y otros problemas de salud.

Personalidad tipo C

En 1975, Steven Greer y Tina Morris entrevistaron a pacientes con cáncer y observaron que muchos de ellos presentaban un patrón de comportamiento caracterizado por:

  • Baja asertividad: las personas con este patrón suelen ser muy cooperativas, poco asertivas y a evitar el conflicto, lo que puede llevar a una falta de expresión emocional.
  • Represión emocional, especialmente represión de la ira: las personas con este patrón suelen reprimir sus emociones y no expresan sus sentimientos, lo que puede llevar a una acumulación de estrés emocional.
  • Estratecias emocionales pasivas: las personas con este patrón suelen utilizar estrategias emocionales pasivas para afrontar el estrés, como la negación o la evitación.

Este patrón de personalidad suele culimar en sentimientos de impotencia y desesperanza, lo que puede afectar negativamente la salud física y mental. Se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer y otros problemas de salud.

De entre todos los rasgos de personalidad tipo C, la represión emocional es el que más se asocia con problemas de salud. Especialmente no expresar emocionales negativas se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer y otros problemas de salud.

Personalidad resistente (hardy)

La personalidad resistente, también conocida como personalidad tipo H, fue formulada por Suzanne Kobasa en 1979. Este patrón de personalidad se caracteriza por tres rasgos principales:

  • Compromiso: las personas con este patrón tienden a estar comprometidas con su trabajo y sus relaciones, lo que les ayuda a afrontar el estrés.
  • Control: las personas con este patrón suelen sentir que tienen el control sobre su vida y sus circunstancias, lo que les ayuda a afrontar el estrés.
  • Desafío o consciencia del cambio: las personas con este patrón ven el cambio como una oportunidad para crecer y aprender, en lugar de una amenaza. Esto les ayuda a afrontar el estrés y a adaptarse a nuevas situaciones.

Este patrón de personalidad se ha relacionado con una mejor salud física y mental, así como con una mayor capacidad para afrontar el estrés. Las personas con este patrón suelen tener un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares y otros problemas de salud.

Sin embargo, este patrón de personalidad no es exclusivo de las personas sanas. También se ha observado en personas con enfermedades crónicas, lo que sugiere que la personalidad resistente puede ser un factor protector frente al estrés y la enfermedad.

Rasgos de personalidad y salud

En oposición a analizar patrones generales de personalidad, algunos autores han analizado la relación entre rasgos de personalidad específicos y la salud. A continuación, se presentan algunos de los rasgos de personalidad más relevantes y su relación con la salud.

Neuroticismo

El neuroticismo es un rasgo de personalidad que se caracteriza por una alta reactividad emocional y una tendencia a experimentar emociones negativas, como la ansiedad, la tristeza y la ira. Las personas con alto neuroticismo suelen ser más propensas a experimentar estrés y a tener dificultades para afrontar situaciones estresantes.

La literatura científica es muy concluyente en la relación entre el neuroticismo y la salud. Se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, trastornos mentales y otros problemas de salud. Por ejemplo, las personas con alto neuroticismo suelen tener una mayor incidencia de trastornos de ansiedad y depresión.

La explicación más probable de esta relación es que el neuroticismo puede influir en la forma en que una persona percibe y responde al estrés. Utilizando el modelo de Lazarus y Folkman, las personas con alto neuroticismo suelen evaluar los acontecimientos estresantes como amenazas y tener dificultades para afrontar el estrés. Esto puede llevar a una mayor activación fisiológica y a un mayor riesgo de enfermedades relacionadas con el estrés. Asimismo, tienden a evaluar sus recursos como insuficientes, lo que puede llevar a una mayor sensación de impotencia y desesperanza. Además, seleccionan estrategias de afrontamiento centradas en la emoción, así como la evitación, lo que puede llevar a una menor eficacia en el afrontamiento del estrés.

Cordialidad (agreeableness)

La cordialidad es un rasgo de personalidad que se caracteriza por una tendencia a ser amable, comprensivo y cooperativo.

Lo opuesto a la cordialidad es la hostilidad, la agresividad y la ira. Estos rasgos se han relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y otros problemas de salud. Por ejemplo, las personas con alta hostilidad suelen tener una mayor incidencia de hipertensión y enfermedades cardíacas.

La explicación más probable de esta relación la reactividad fisiológica elevada que presentan las personas con alta hostilidad. Estas personas suelen tener una mayor activación fisiológica en respuesta a situaciones estresantes, lo que puede llevar a un mayor riesgo de enfermedades relacionadas con el estrés.

Además, la hostilidad puede influir en la forma en que una persona percibe y responde al estrés, lo que puede afectar su salud. Además, de acuerdo al modelo de Lazarus y Folkman, las personas con alta hostilidad suelen escoger estrategias de afrontamiento centradas en la emoción, lo que puede llevar a una menor eficacia en el afrontamiento del estrés. Por ejemplo, pueden responder de forma hostil cuando son interrumpidos o cuando no se cumplen sus expectativas laborales.

Responsabilidad, extraversión y apertura

La responsabilidad, la extraversión y la apertura son rasgos de personalidad que se han relacionado con una mejor salud física y mental. Parecen comportarte como factores protectores frente al estrés y la enfermedad.

De acuerdo al modelo de Lazarus y Folkman, las personas con alta responsabilidad suelen seleccionar estrategias de afrontamiento centradas en el problema, incluyendo una mayor planificación, lo que puede llevar a una mayor eficacia en el afrontamiento del estrés. Sin embargo, también pueden ser más propensas a experimentar estrés debido a su alta autoexigencia y perfeccionismo. Además, tienden a no solicitar ayuda, lo que puede llevar a una menor eficacia en el afrontamiento del estrés. No obstante, la responsabilidad se ha relacionado con una mayor satisfacción con la vida y una mejor salud mental.

Las personas con alta extraversión suelen ser más sociables y tener una mayor red de apoyo social, lo que puede ayudarles a afrontar el estrés. Además, la extraversión se ha relacionado con una mayor satisfacción con la vida y una mejor salud mental. Sin embargo, también parece estar asociado al tabaquismo y el consumo de alcohol y otras substancias, lo que puede afectar negativamente la salud.

La apertura se ha relacionado con una mayor curiosidad y una mayor disposición a experimentar cosas nuevas, lo que puede ayudar a las personas a afrontar el estrés y adaptarse a nuevas situaciones. Además, la apertura se ha relacionado con una mayor creatividad y una mayor capacidad para resolver problemas, lo que puede ser útil en situaciones estresantes.