Cognición
Conceptualización
En lo que respecta a la psicología diferencial del comportamiento, utilizo el término cognición para referirme a todos los procesos mentales que producen el comportamiento humano. Esto incluye la inteligencia y la personalidad, especialmente en lo que respecta su concepción procesal. Este es un enfoque integral que abarca también los procesos afectivos y emocionales que influyen en el comportamiento humano, incluyendo la inteligencia y la personalidad, así como otros aspectos como la memoria, la emoción, la atención y el aprendizaje.
La personalidad y la inteligencia no son sólo fuentes de variación independientes en el comportamiento humano, sino que interactúan entre sí para dar lugar a una diversidad de comportamientos que no se puede explicar únicamente por la influencia de una u otra. Además, la personalidad y la inteligencia interatúan con otras variables, como las emociones, la memoria, la atención y el aprendizaje, para dar lugar a un comportamiento humano complejo y multifacético.
Por eso, en lugar de pensar en la personalidad y la inteligencia como dos entidades separadas, es más útil considerarlas como parte de una sola cosa, llamada cognición. Esta cognición incluye todos los procesos mentales que producen el comportamiento humano.
La cognición tiene poder explicativo y predictivo sobre el comportamiento humano. Precisamente, el mismo que tienen la inteligencia y la personalidad, pero mayor, ya que la cognición es un constructo más amplio que incluye ambas, y muchas más.
Modelos cognitivos de la personalidad
El enfoque cognitivo ha dado lugar a modelos de personalidad distintos a los modelos estructurales de rasgos. Este enfoque tiene en cuenta que el acto de razonar y percibir la realidad depende de la experiencia previa, de las capacidades del organismo, y del contexto en el que se produce la interacción. Es decir, las personas no perciben la realidad de manera objetiva y pasiva, sino que la interpretan activamente a través de sus propios esquemas cognitivos.
De acuerdo a este modelo, las personas actúan en base a significados psicológicos, que son construcciones cognitivas que se forman a partir de la experiencia y la interpretación de la realidad.
Cinco competencias personales de Bandura
Albert Bandura es conocido por su trabajo en Psicología Social. Es el autor de la teoría del aprendizaje social, que enfatiza la importancia de la observación y la imitación en el aprendizaje.
Sin embargo, su trabajo también ha contribuido a la psicología diferencial, especialmente en el estudio de la personalidad y la autoeficacia. De acuerdo a Bandura (1999):
Las personas son auto-organizadas, proactivas, reflexivas, y autoreguladas, no sencillamente organismos regulados por los estímulos ambientales.
Bandura propuso cinco competencias cognitivas personales que son fundamentales para comprender el comportamiento humano:
- Capacidad de simbolización: la capacidad de representar experiencias pasadas y anticipar eventos futuros a través de símbolos, como el lenguaje.
- Capacidad de aprendizaje vicario: la capacidad de aprender observando las acciones de otros y sus consecuencias, lo que permite a las personas adquirir conocimientos y habilidades sin necesidad de experimentar directamente.
- Capacidad de anticipación: la capacidad de prever las consecuencias de las acciones y tomar decisiones informadas en función de esas previsiones.
- Capacidad de auto-regulación: la capacidad de controlar las propias acciones, emociones y pensamientos, en función de objetivos y estándares personales.
- Capacidad de auto-representación: la capacidad de reflexionar sobre uno mismo y evaluar el propio comportamiento, lo que permite a las personas desarrollar una autoimagen y una identidad personal.
Esta aportación de Bandura es fundamental para entender cómo las personas desarrollan su cognición y cómo los procesos cognitivos influyen en su comportamiento.
Modelo cognitivo-afectivo de Mischel
Walter Mischel es conocido en Psicología de la Personalidad porque, en 1968, publicó su libro Personality and Assessment, donde cuestionaba la capacidad predictora de los rasgos de personalidad. Su obra ha sido malinterpretada como una negación de la personalidad como predictor del comportamiento y desencadenó un debate sobre la estabilidad de la personalidad que ha durado más de 50 años.
Walter Mischel propuso un modelo que intenta explicar la coherencia y variabilidad del comportamiento humano. En lugar de ver la personalidad como rasgos estables, Mischel propuso que el comportamiento depende de interacciones entre la situación y cinco unidades cognitivas y afectivas. Estas cinco unidades cognitivo-afectivas son:
- Competencias cognitivas: las percepciones individuales sobre un evento. Por ejemplo, algo puede ser percibido como amenazador o desafiante, dependiendo de la persona.
- Constructos personales: se refiere a estructuras mentales como creencias o categorías. Son las formas en que las personas interpretan el mundo, y puede incluir las aptitudes mentales y las habilidades sociales.
- Expectativas: los resultados que una persona espera tras ciertos comportamientos.
- Valores subjetivos: la importancia que una persona otorga a los posibles resultados. Estos influyen en la toma de decisiones.
- Sistema autorregulador: el conjunto de normas y reglas internas que regulan el comportamiento.
Los nombres de las unidades cognitivo-afectivas de Mischel, se puede ver cómo la psicología ha vuelto al enfoque con el que el paradigma psicoanalítico comenzó a estudiar la personalidad. El sistema auto-regulador se parece a la regulación entre el ello, el yo y el superyó que propuso Freud. Los constructos personales se parecen a los complejos, o incluso a los arquetipos de Jung. Las expectativas, directamente, eran parte del modelo de Freud. Es decir, Mischel ha propuesto un modelo cognitivo-afectivo que es una vuelta al psicoanálisis, pero con un enfoque más científico y menos especulativo.
Modelo CAPS de Mischel y Shoda
En 2008, Walter Mischel y su colega Yuichi Shoda propusieron el modelo CAPS, del inglés Cognitive-Affective Processing System, que integra las unidades cognitivas y afectivas en un sistema dinámico. Este modelo enfatiza que la personalidad no es un conjunto fijo de rasgos, sino un sistema de procesamiento que se activa en función de las demandas de la situación.
El modelo CAPS se considera la alternativa al enfoque estructural de factores. Se basa en la idea de que las personas tienen patrones consistentes de pensamiento y emoción que se activan en diferentes contextos.
Estos patrones son el resultado de la interacción entre las unidades cognitivas y afectivas, y pueden dar lugar a comportamientos coherentes en situaciones similares. Es decir, es un modelo que es generalizable a diferentes situaciones, pero no es un modelo estructural de rasgos.
En este modelo, se consideran tres elementos clave:
- Situación: el contexto en el que se produce el comportamiento. Las situaciones pueden ser físicas, sociales o psicológicas.
- Procesamiento cognitivo-afectivo: la forma en que una persona interpreta y responde a la situación. Esto incluye las unidades cognitivas y afectivas mencionadas anteriormente.
- Conducta: la respuesta observable a la situación, que puede variar según el procesamiento cognitivo-afectivo.
El modelo CAPS ha sido influyente en la investigación sobre la personalidad y ha llevado a un enfoque más matizado y contextualizado en el estudio del comportamiento humano.
La relación entre cognición y emoción es compleja y bidireccional, lo que significa que la cognición puede influir en la emoción y viceversa. Por ejemplo, una persona que tiene una alta inteligencia emocional puede ser capaz de regular sus emociones de manera más efectiva, lo que a su vez puede influir en su rendimiento cognitivo. De manera similar, una persona que tiene una alta capacidad cognitiva puede ser capaz de analizar y comprender mejor sus emociones, lo que a su vez puede influir en su comportamiento emocional.
Cognición social
La cognición social, generalmente llamada inteligencia social, es un concepto que se refiere a la capacidad de una persona para comprender y manejar las normas sociales en diversas situaciones. Esta habilidad es fundamental para el éxito en la vida cotidiana, ya que la vida en sociedad es una parte fundamental de la experiencia humana.
La inteligencia social no es un tipo de inteligencia, sino que es una aplicación de la capacidad cognitiva a la vida social. Es decir, es un tipo de cognición.
Según Cantor y Kihlstrom (1989), la inteligencia social es la capacidad para detectar las señales del contexto social e interpersonal y manejarlas adecuadamente para mantener y alcanzar los propios objetivos y planes.
La inteligencia social se distingue de la inteligencia interpersonal en que está más centrada en los contextos sociales amplios y no solo en los interpersonales.
Es decir, la inteligencia personal es una subcategoría de la inteligencia social y se limita a las relaciones interpersonales. La inteligencia social, en cambio, incluye la capacidad de comprender y manejar situaciones sociales más amplias, como grupos, organizaciones y comunidades.
Cognición emocional
La cognición emocional, generalmente llamada inteligencia emocional, es un concepto que se refiere a la capacidad de una persona para reconocer, comprender y gestionar sus propias emociones y las de los demás. Esta habilidad es fundamental para el bienestar emocional y social, ya que permite a las personas interactuar de manera efectiva con los demás y manejar situaciones emocionales complejas.
Fue propuesta por Goleman en 1995. Desde entonces, la inteligencia emocional se ha convertido en un tema popular en la psicología y el desarrollo personal, ya que se ha relacionado con el éxito en diversas áreas de la vida, incluyendo el trabajo, las relaciones interpersonales y la salud mental.
Por ejemplo, si una persona sufre celos de su pareja, la inteligencia emocional le permitirá reconocer y comprender esos celos; sabrá que no están realmente causados por su pareja, sino por su propia inseguridad. Esto sería un ejemplo de autoconsciencia.
La inteligencia emocional se compone de cuatro habilidades principales:
Lo que sientes | Lo que haces | |
---|---|---|
En ti | Autoconciencia | Autocontrol |
En los demás | Empatía | Habilidades sociales |
Estilo cognitivo
El estilo cognitivo se refiere a la forma específica en que una persona procesa la información y toma decisiones. Es un constructo que describe las diferencias individuales en la forma de pensar y razonar, y puede influir en el comportamiento y la personalidad.
Este constructo da a entender que el procesamiento de la información no es un proceso universal, sino que varía entre personas. Además, al hablar de estilos, parece estar relacionado con la personalidad. Es decir, el estilo cognitivo puede ser un constructo que explique algunas de las variabilidades que explica la personalidad. O tal vez sea un concepto que sustituya a la personalidad. Esto se ve más claro al analizar las características de los estilos cognitivos:
- Propensiones, no capacidades: los estilos cognitivos no reflejan habilidades, sino preferencias habituales a la hora de pensar, percibir y resolver problemas.
- Variabilidad según la situación: una persona no usa siempre el mismo estilo; el contexto y la tarea influyen en cuál predomina.
- Frecuencia de uso individual: cada persona tiene una tendencia diferente a aplicar ciertos estilos más frecuentemente que otros.
- Influencia social y cultural: los estilos se forman a través de la experiencia, la educación y la cultura, no son exclusivamente biológicos.
- Evolución a lo largo de la vida: los estilos cognitivos pueden cambiar con el tiempo a medida que la persona crece y aprende.
- Pueden enseñarse y desarrollarse: aunque hay una predisposición, los estilos cognitivos pueden educarse y fortalecerse.
- Valoración histórica y social variable: algunos estilos han sido más valorados que otros según la época y la sociedad.
- Neutralidad moral: ningún estilo es intrínsecamente bueno o malo; su valor depende del contexto y del uso que se les dé.