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Inteligencia

Conceptualización

La personalidad es uno de los constructos que parece explicar mejor la variabilidad del comportamiento humano. La inteligencia se refiere, en términos generales, a la capacidad de resolver problemas. Sin embargo, es un constructo complejo cuya definición ha variado.

  • Desde la década de 1920, el estudio de la inteligencia se ha centrado en encontrar la estructura de la inteligencia y su capacidad para predecir el rendimiento en diversas tareas.
  • A partir de la década de 1980, el estudio se ha centrado más en el proceso cognitivo. En este enfoque, la inteligencia es se puede entender como el factor cuantitativo de la cognición en sus diferentes dimensiones.

Enfoques

Enfoque estructural

El enfoque estructural se centra en la identificación de los componentes básicos de la inteligencia. Se basa en la idea de que la inteligencia puede descomponerse en factores o habilidades subyacentes.

El enfoque estructural se clasifica en tres categorías principales.

Inteligencia como disposición

Esta tradición proporciona una definición en base a la naturaleza de la inteligencia. Es decir, define la inteligencia en base a lo que es. De esta manera, se centra en la naturaleza innata de la inteligencia y su relación con la herencia genética.

Uno de los primeros en proponer este enfoque fue Galton (1869), quien argumentó que la inteligencia es hereditaria y que las diferencias individuales en la inteligencia son el resultado de variaciones genéticas. Galton fue pionero en el uso de métodos estadísticos para estudiar la inteligencia y propuso la idea de que las personas con mayor inteligencia tienen un mayor éxito en la vida. Sin embargo, Galton es frecuentemente criticado por llevar sus ideas al extremo, sugiriendo que la inteligencia es un rasgo fijo y que las diferencias entre individuos son principalmente genéticas, dando lugar a ideas eugenésicas.

Otro controvertido representante de este enfoque fue A. R. Jensen (1969), quien argumentó que la capacidad cognitiva de ciertas razas es menor, y que por tanto los esfuerzos educativos en estas poblaciones son inútiles.

Inteligencia como medida aplicada

Esta tradición proporciona una definición en base al instrumento de medida de la inteligencia. Siendo así, define la inteligencia como el rendimiento observable y cuantificable en distintas tareas a través de pruebas objetivas.

El inicio de esta tradición se sitúa en la obra de Alfred Binet (1905), quien desarrolló la primera prueba de inteligencia para medir la edad mental de los niños, en el contexto de la psicología educativa.

Este enfoque ha llevado al desarrollo de diversas pruebas de inteligencia, como el WAIS (Wechsler Adult Intelligence Scale) y el WISC (Wechsler Intelligence Scale for Children).

Inteligencia como estructura factorial

Esta tradición proporciona una definición en base al factor subyacente a las diferencias individuales. Es decir, la inteligencia es entendida como un constructo que explica las diferencias individuales en el rendimiento en diversas tareas cognitivas.

El principal representante de esta tradición es Charles Spearman (1904), quien introdujo el concepto de factor g (inteligencia general). Spearman propuso que existe un factor común subyacente a todas las habilidades cognitivas, que él denominó "g". Este factor g es responsable de la correlación positiva entre el rendimiento en diferentes tareas cognitivas.

El proceso para identificar estos factores se basa en el análisis factorial, que permite determinar la estructura subyacente de la inteligencia a partir de datos empíricos, generalmente medidas en pruebas de rendimiento. Esta perspectiva ha llevado al desarrollo de modelos factoriales, entre los cuales destacan Spearman (factor g), Thurstone (7 habilidades primarias), Guilford y Cattell (fluida-cristalizada).

Teoría Bifactorial de Spearman

La teoría bifactorial de la inteligencia de Spearman es la primera gran teoría factorial de la inteligencia. Fue el inicio de la psicometría moderna y de la investigación sobre la estructura de la inteligencia.

Fue formulada por Charles E. Spearman en 1904. Spearman se basó en las ideas de Galton, quien consideraba que la inteligencia debía estar en los procesos psicológicos básicos, sensoriales y perceptivos. Para demostrarlo, Spearman creó el análisis factorial, una técnica estadística que permite identificar la estructura subyacente de un conjunto de variables correlacionadas.

A partir de una serie de pruebas de discriminación sensorial, táctil y auditiva, Spearman comprobó que los diferentes valores correlacionaban todos entre sí de forma positiva, lo que estaba indicando la presencia de un factor latente común.

En palabras de Spearman (1927):

Esta forma de indicar el significado de g es tan precisa como cuando se señala una carta apostándola por el reverso sin mirarla. Esta definición de g por ubicación, en lugar de por naturaleza, es precisamente lo que se pretendía originalmente cuando se afirmaba que su determinación era solo «objetiva».

Gracias a esto, Spearman formuló la teoría bifactorial de la inteligencia, resultado de aplicar el análisis factorial. De acuerdo con esta teoría, la inteligencia se compone de dos niveles:

  1. Un factor general (g), que representa la inteligencia general.
  2. Un segundo nivel de factores específicos (s), concretamente:
    • Lecto-escritura
    • Fluidez verbal
    • Comprensión
    • Orientación espacial
    • Manejo de herramientas

General Intelligence, Objectively Determined and Measured. 1904.

The Abilities of Man: Their Nature and Measurement. 1927.

La innovación de Spearman dió lugar a toda una serie de teorías factoriales que intentaron explicar la inteligencia a partir de un número reducido de factores, como la teoría de las 7 habilidades primarias de Thurstone, o la teoría de la inteligencia fluida y cristalizada de Cattell.

Teoría de las 7 habilidades primarias de Thurstone

La teoría de las habilidades primarias, también llamada PMA por sus siglas en inglés (Primary Mental Abilities), fue propuesta por Louis Leon Thurstone en 1938. Esta teoría sostiene que la inteligencia no es un único factor general, sino que está compuesta por varias habilidades primarias independientes.

Para llegar a esta conclusión, Thurstone utilizó el análisis factorial para estudiar las correlaciones entre diferentes pruebas de inteligencia. Estudió el rendimiento mental de 250 universitarios en 56 tests mentales.

Es decir, en lugar de un único factor general (g) que explique todas las diferencias individuales en la inteligencia, Thurstone identificó varias habilidades específicas que son independientes entre sí. Estas habilidades no se correlacionan entre sí, lo que significa que son constructos distintos y no se pueden reducir a un único factor.

Thurstone identificó siete habilidades primarias:

  1. Comprensión verbal (V): la capacidad de entender y utilizar el lenguaje.
  2. Fluidez verbal (W): la habilidad para generar palabras y frases de manera rápida y efectiva.
  3. Factor numérico (N): la capacidad de resolver problemas matemáticos y numéricos.
  4. Memoria (M): la habilidad para recordar información y experiencias pasadas.
  5. Factor espacial (F): la capacidad de visualizar y manipular objetos en el espacio.
  6. Velocidad perceptiva: la habilidad para procesar información visual de manera rápida y precisa.
  7. Razonamiento (R): la capacidad de identificar patrones y relaciones en datos y situaciones.

Por lo tanto, la inteligencia no se puede representar como una sola puntuación en un test, sino como un gráfico de araña con siete puntuaciones, cada una representando una de las habilidades primarias.

Thurstone desarolló una serie de pruebas para medir cada una de estas habilidades, aunque esta herramienta no se utiliza hoy en día. En su lugar, se utilizan pruebas de inteligencia más modernas que miden múltiples habilidades y factores, como el WAIS (Wechsler Adult Intelligence Scale) o el WISC (Wechsler Intelligence Scale for Children).

Teoría de los dos factores de R. B. Cattell

La teoría de los dos factores fue propuesta por Raymond B. Cattell en 1943. Esta teoría sostiene que la inteligencia es un constructo consistente, y que se compone de dos tipos de habilidades:

  1. Inteligencia fluida (gF): la capacidad de resolver problemas nuevos y complejos sin depender de conocimientos previos. Esta habilidad es innata y tiende a disminuir con la edad.
  2. Inteligencia cristalizada (gC): la capacidad de utilizar conocimientos y habilidades adquiridos a lo largo de la vida. Esta habilidad se desarrolla a través de la experiencia y tiende a aumentar con la edad.

Estas dos habilidades están relacionadas entre sí. Es decir, se puede considerar alineada con la conclusión de Spearman de que hay un factor general (g).

Más allá, R. B. Cattell propuso las técnicas apropiadas para medir cada una de estas habilidades. La inteligencia fluida se mide a través de pruebas que evalúan la capacidad de razonamiento y resolución de problemas, mientras que la inteligencia cristalizada se mide a través de pruebas que evalúan el conocimiento general y la comprensión verbal.

Pregunta

La inteligencia fluida:

Modelo de Guilford

La literatura suele considerar a J. P. Guilford como un antagonista de la teoría bifactorial de Spearman. Su modelo es curioso e interesante, pero no parece ser cierto. La evidencia no ha podido demostrar que este modelo sea cierto, ya que nadie ha podido replicar sus hallazgos.

Guilford propuso que la inteligencia se puede medir a lo largo de tres procesos subyacentes. En su modelo, explica que hay tres dimensiones que interactúan entre sí:

  • Variables de entrada o contenidos: el tipo de información que se procesa.
    • Contenido figurativo: información visual y espacial.
    • Contenido simbólico: información verbal y numérica.
    • Contenido semántico: información relacionada con el significado y la comprensión.
    • Contenido conductual: información relacionada con el comportamiento y la acción.
  • Operaciones mentales: los procesos cognitivos que se utilizan para manipular la información (pensamiento convergente, divergente, etc.).
    • Operaciones de memoria: recordar información.
    • Operaciones de pensamiento divergente: generar múltiples soluciones a un problema.
    • Operaciones de pensamiento convergente: encontrar una única solución a un problema.
    • Operaciones de evaluación: juzgar y evaluar la información.
  • Variables de salida o productos: el resultado del procesamiento de la información.
    • Productos unitarios: respuestas simples y directas.
    • Productos de clase: respuestas que implican categorías o clasificaciones.
    • Productos de relación: respuestas que implican relaciones entre conceptos.
    • Productos de sistema de relaciones: respuestas que implican la integración de múltiples elementos.
    • Productos transformacionales: respuestas que implican cambios o transformaciones en la información.
    • Productos implicacionales: respuestas que implican inferencias o deducciones.

En base a esto, Guilford propuso un modelo de inteligencia que incluye 120 factores diferentes, fruto de la combinación de las tres dimensiones mencionadas.

Sin embargo, el modelo de Guilford ha sido criticado por su complejidad y falta de claridad. Además, ningún trabajo posterior ha logrado replicar sus resultados.

Enfoque procesal

El enfoque procesal, a diferencia del enfoque estructural, se centra en los procesos cognitivos que subyacen a la inteligencia, como la atención, la memoria o la percepción. Examina cómo las personas adquieren, procesan y utilizan la información.

De acuerdo al enfoque procesal, no tiene mucho sentido plantear que una persona sea más o menos inteligente que otra en general, sino si una persona puede tener mejor memoria semántica o episódica, o mejor atención sostenida o selectiva, etc. Es decir: se centra en las diferencias individuales en los procesos cognitivos concretos y cómo estas diferencias afectan el rendimiento en diversas tareas.

Este enfoque es parte de la psicología cognitiva, que se centra en el estudio de los procesos mentales y cómo influyen en el comportamiento humano. Este enfoque intenta comprender cómo la mente humana procesa y utiliza la información, como lo haría un ordenador.

De hecho, en 1960 ya se habla de la Psicología Diferencial Cognitiva como una rama moderna de la Psicología Diferencial del Comportamiento que se centra en el estudio de las diferencias individuales en los procesos cognitivos y cómo estas diferencias afectan el rendimiento en diversas tareas.

Procesos cognitivos

Los procesos cognitivos son las operaciones mentales que permiten a los individuos adquirir, almacenar, recuperar y utilizar información, así como resolver problemas, interactuar con otros organismos, planificar y tomar decisiones.

Este enfoque utiliza el modelo de procesamiento de la información, que es la clave de la psicología cognitiva. El modelo de procesamiento de la información se basa en la idea de que la mente humana funciona de manera similar a un ordenador. Un diagrama simplificado de este modelo es el siguiente:

En este modelo, la información entra a través de los sentidos (input), se procesa en la memoria de trabajo y se almacena en la memoria a largo plazo. Además, la información se utiliza para generar una respuesta o acción.

Memoria

La memoria es el proceso cognitivo que permite almacenar, retener y recuperar información. La memoria se puede clasificar en diferentes tipos, como la memoria a corto plazo, la memoria a largo plazo y la memoria de trabajo. Cada tipo de memoria tiene características y funciones específicas.

El flujo de información comienza con el input sensorial, que es percibido y almacenado temporalmente en la memoria sensorial (también llamada inmediata). De ahí, la información relevante se transfiere a la memoria a corto plazo, donde se retiene brevemente. Desde la memoria a corto plazo, la información puede ser manipulada activamente por la memoria de trabajo, que manipula activamente información. Finalmente, la información procesada puede consolidarse y transferirse a la memoria a largo plazo, donde se almacena de manera más duradera.

Percepción

La percepción es el proceso a través del cual los individuos interpretan y comprenden la información sensorial que reciben del entorno. En el caso del olfato:

Atención

La atención es el proceso cognitivo que permite seleccionar y concentrarse en ciertos estímulos o información mientras se ignoran otros. La atención es fundamental para el procesamiento de la información, ya que permite filtrar y priorizar la información relevante.

Aprendizaje

El aprendizaje es el proceso a través del cual los individuos adquieren nuevos conocimientos, habilidades y comportamientos. El aprendizaje puede ser consciente o inconsciente y puede ocurrir a través de diferentes métodos, como la observación, la práctica y la experiencia.

Lenguaje

El lenguaje es un sistema de comunicación que permite a los individuos expresar pensamientos, ideas y emociones. El lenguaje es fundamental para la interacción social y el desarrollo cognitivo. La adquisición del lenguaje es un proceso complejo que implica la comprensión y producción de sonidos, palabras y estructuras gramaticales.

Modelos

Dentro del enfoque procesal o cognitivo, se han propuesto diferentes modelos para entender y medir la inteligencia. Estos modelos se centran en los procesos cognitivos subyacentes y cómo estos afectan el rendimiento en diversas tareas.

El tercero de estos modelos es el más aceptado en la actualidad, ya que reconoce la complejidad de la inteligencia y su relación con factores tanto biológicos como ambientales.

Modelo cronométrico

El modelo cronométrico fue propuesto por Posner y Mitchell en 1967. Este modelo se basa en la idea de que la inteligencia se puede medir a través del tiempo que tarda una persona en realizar una tarea cognitiva. El modelo cronométrico se centra en la velocidad de procesamiento de la información y su relación con el rendimiento en tareas cognitivas.

Este modelo tiene dos modalidades:

  • Análisis del tiempo de reacción: mide el tiempo que tarda una persona en responder a un estímulo.
  • Análisis del tiempo de inspección: mide el tiempo que tarda una persona en procesar y reconocer un estímulo.

Este tipo de pruebas no aportan información sobre la inteligencia. Los hallazgos no pretenden ser extrapolados a las demás áreas de la inteligencia, ya que no se ha podido demostrar que el tiempo de reacción esté relacionado con la inteligencia general.

Modelo de correlación cognicción-inteligencia

Este modelo se basa en la idea de que la inteligencia se puede descomponer en factores, y que estos factores están relacionados con la ejecución de tareas cognitivas concretas. Esto posibilita una medición de la inteligencia a través de un enfoque experimental con pruebas que evalúan diferentes habilidades cognitivas.

A diferencia del modelo cronométrico, el modelo de correlación cognición-inteligencia utiliza una gran variedad de métodos en la investigación, además de medir la velocidad del procesamiento.

Modelo de componentes

El modelo de componentes se basa en la idea de que cada proceso cognitivo se puede descomponer en ciertos componentes. Por lo tanto, el modelo busca medir diferencias individuales en los componentes de distintos procesos cognitivos.

La teoría principal de este modelo es la teoría triárquica de la inteligencia de Robert Sternberg.

Teoría triárquica de Sternberg

La teoría triárquica de R. J. Sternberg (1985, 1988, 1996, 1997) propone que la inteligencia tiene tres aspectos que explican el procesamiento de la información, tanto a nivel interno y externo, como en la interacción entre ambos:

Es decir, los tres aspectos de la inteligencia son:

  • Contextual o práctica: habilidad para aprender a partir de la experiencia y para integrar la información obtenida del exterior con la psique, facilitando la creatividad y la resolución de problemas novedosos. Sirve para:
    • Adaptarse a un nuevo entorno.
    • Cambiar el entorno para que se ajuste a las necesidades del individuo.
    • Seleccionar un entorno adecuado para el individuo.
  • Experiencial o creativa: capacidad de adaptarse a las oportunidades contextuales para resolver problemas cotidianos. Sirve para
    • Automatizar tareas.
    • Transferir habilidades a nuevas situaciones.
    • Resolver problemas novedosos.
  • Componencial o teórica: capacidad de captar, almacenar, modificar y trabajar con la información. Implica habilidades para definir, describir y resolver problemas. Sirve para:
    • Analizar información.
    • Comparar y contrastar información.
    • Evaluar la calidad de la información.

Este modelo no es opuesto al de Spearman, sino que lo complementa. Es decir, está de acuerdo en que hay una inteligencia (factor g) que se manifiesta de diferentes maneras en distintos contextos.

La estafa de Gardner y las teorías de múltiples inteligencias

La teoría de las inteligencias múltiples fue propuesta por Howard Gardner en 1983. Esta teoría sostiene que la inteligencia no es un único constructo, sino que está compuesta por varias inteligencias independientes. Gardner identificó inicialmente siete inteligencias:

  1. Inteligencia lingüística: la habilidad para utilizar el lenguaje de manera efectiva.
  2. Inteligencia lógico-matemática: la capacidad de razonar y resolver problemas matemáticos.
  3. Inteligencia espacial: la habilidad para visualizar y manipular objetos en el espacio.
  4. Inteligencia musical: la capacidad de comprender y crear música.
  5. Inteligencia corporal-cinestésica: la habilidad para utilizar el cuerpo de manera efectiva.
  6. Inteligencia interpersonal: la capacidad de entender y relacionarse con otras personas.
  7. Inteligencia intrapersonal: la habilidad de comprenderse a uno mismo y reflexionar sobre las propias emociones y pensamientos.
  8. Inteligencia naturalista: la capacidad de observar y comprender el mundo natural.

Por si fuera poco, en 1999 Gardner añadió una octava inteligencia: la inteligencia existencial, que se refiere a la capacidad de reflexionar sobre cuestiones profundas y filosóficas. También ha añadido la inteligencia espiritual, que se refiere a la capacidad de comprender y experimentar lo espiritual.

Esta teoría es una estafa. El mismo Gardner reconoce que realmente él quiere proponer que hay múltiples talentos, no múltiples inteligencias. Sin embargo, utiliza el término "inteligencias" para atraer la atención y vender su libro, aunque no sea correcto.

Hoy no estaría aquí en España recibiendo el Premio Príncipe de Asturias si hubiera escrito sobre los distintos talentos humanos. Lo que hice fue tomar la palabra inteligencia, que era propiedad de la gente del coeficiente intelectual, y dije: la música es un talento y las matemáticas son inteligencia, pero ¿por qué debemos llamar inteligentes a las personas buenas con los números y solo talentosos a aquellos que dominan el tono, la armonía, el timbre?

No hay evidencia científica que respalde la existencia de múltiples inteligencias independientes. Lo único que ha demostrado es que hay diferentes talentos y habilidades en las personas, pero no son inteligencias separadas. La inteligencia es un constructo único que se manifiesta de diferentes maneras en cada individuo.

Inteligencia y creatividad

Vernon (1989) definió la creatividad como la capacidad de pensar en nuevas soluciones, nuevas propuestas y nuevos resultados. Siendo así, la creatividad es un proceso cognitivo que implica la generación de ideas originales y útiles. Esto parece indicar que la creatividad está relacionada con la inteligencia.

Guilford (1967) proponía que para tener una cierta capacidad creativa se necesitaba un nivel de inteligencia superior a la media. Sin embargo, los niveles altos de inteligencia no suponen necesariamente el desarrollo de la creatividad. La literatura indica que por encima de un CI de 120 no hay relación entre inteligencia y creatividad. Por lo tanto, la inteligencia es requisito necesario pero no suficiente para la creatividad.