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Psicología social

Tema de psicología

La psicología social es la investigación científica de cómo influye la presencia real, imaginada o implícita de los otros en los pensamientos, sentimientos y conductas de los individuos. Para ello, hay que entender qué son los esquemas, el proceso de atribución y la identidad social, entre otros conceptos

Conceptualización

Para entender qué es la psicología social, la definición de Allport en 1954 es muy acertada:

La psicología social es la investigación científica de cómo influye la presencia real, imaginada o implícita de los otros en los pensamientos, sentimientos y conductas de los individuos.

Con esta definición, Allport resalta varios aspectos, entre ellos:

  • El carácter científico de la investigación en psicología social. A través del método científico como los psicólogos sociales puedan determinar la veracidad de las hipótesis.
  • Por otro lado, Allport habla de presencia real, imaginada o implícita. Es decir: la influencia de los demás es en muchos casos implícita; no es necesario que estén en nuestra presencia, y ni siquiera que los imaginemos, pueden influirnos a través de sus productos, como por ejemplo, las normas sociales.
  • Por último, de desprende que hay una influencia recíproca entre la persona y los demás. Es decir, no es una influencia unidireccional. Existe por tanto un ciclo de influencia recíproca y bidireccional entre la persona y su contexto social.

Lo que diferencia a la Psicología Social de otras subdisciplinas dentro de la psicología es que trata de explicar la conducta humana desde una perspectiva social, siempre atendiendo a la influencia que el contexto o ambiente social produce en la persona, y viceversa. Por otra parte, para la psicología social la unidad de análisis es la persona individual dentro del contexto social, en lugar de la sociedad o el grupo.

Disciplina puente

La psicología social se considera necesaria porque es una disciplina puente entre la psicología y otras disciplinas, como la sociología o la antropología, que se caracteriza por estudiar a la persona individual dentro de un contexto social.

Historia

Los inicios

Los orígenes de la psicología social se remontan al siglo XIX y tienen lugar en Europa. Existen dos antecedentes directos de la psicología social: la psicología de los pueblos y la psicología de las masas. La primera surge en Alemania de la mano de autores como Lazarus y Steinthal, quienes se interesaron en el análisis histórico de la vida de los pueblos centrándose en los determinantes de la cultura. Por otra parte, la psicología de las masas surgió en Francia e Italia con las contribuciones de LeBon y, más tarde, McDougall.

Sin embargo, los autores primarios de la disciplina son Triplett y F.H. Allport, cuyos trabajos se consideran el establecimiento de la psicología social como disciplina.

Periodo de madurez

Si bien la psicología social nación en Europa tras la Segunda Guerra Mundial, su afianzamiento se produjo en EEUU. Debido a la tradición individualista de los EEUU, se produjo una individualización de la psicología social.

En este periodo, se avanzó mucho en técnicas de experimentación, por lo que se considera que la psicología social alcanzó una cierta madurez.

La psicología social no tenía buen encaje con el enfoque cognitista que imperó durante la primera mitad de 1900. Algunos autores, como Wundt (1897), recurrieron a la autoobservación para analizar los procesos cognitivos. Sin embargo, sería a partir de los años 60, con la llegada de la revolución cognitiva, cuando el estudio de la cognición social cobrase una mayor importancia.

Período de expansión

Después de la guerra, y durante los años 50 y 60, se produjo un gran incremento de la investigación en el campo de la psicología social. En esta época se iniciaron importantes programas de investigación, como los trabajos sobre la personalidad autoritaria de Adorno, los experimentos de Asch sobre la formación de normas sociales, los trabajos de Festiguer sobre la disonancia cognitiva, o los estudios de Milgram sobre la obediencia a la autoridad.

Un resultado de esta expansión fue la aparición de dos revistas diferentes en 1965, el Journal of Personality and Social Psychology y el Journal of Experimental social Psychology, las cuales siguen siendo en la actualidad prestigiosas revistas.

A partir de los años 70 el interés de los psicólogos sociales por los procesos cognitivos se focalizaría en una nueva perspectiva que daría lugar al desarrollo de nuevas teorías y métodos de investigación y que supondría, para muchos, el verdadero origen de la cognición social (Silván, Gaviria, y Morales, 2009)

Período de crisis y re-evaluación

La década de los 70 supuso un período de revisión crítica tanto de los principios teóricos como metodológicos de la psicología social. Se puso en cuestión desde el etnocentrismo estadounidense

El resurgimiento de la psicología social europea, con una vuelta al interés por los aspectos más sociales, con la influencia de propuestas teóricas como la teoría de la identidad social, que supusieron volver la mirada nuevamente al grupo y al sistema social de pertenencia. Una muestra de este resurgir europeo fue la publicación, en 1971, del primer número de la European Journal of Social Psychology (enlace 3), en cuya editorial se llamaba a la necesidad de crear un foro común para la psicología social en Europa, con la intención de independizarse de la psicología social estadounidense.

Metodología

La psicología social utiliza el método científico para estudiar el comportamiento social. El método científico implica generar hipótesis, predicciones basadas en conocimientos y teorías previas, y utilizar la investigación empírica para demostrar si tales predicciones se confirman en la realidad.

El método experimental ha sido el más ampliamente utilizado en psicología social, es importante tener en cuenta que la elección del método más apropiado depende siempre de los objetivos de la investigación.

Método experimental

El método experimental se caracteriza por la intervención en forma de manipulación de una o más variables. Habitualmente, el experimentador manipula una de las variables, considerada como variable independiente, para ver cómo dicha manipulación afecta a otra variable, denominada variable dependiente.

Sin embargo, los experimentos no están libres de sesgos, lo cuáles deben ser tenidos en cuenta a la hora de generalizar sus resultados:

  1. Baja validez externa: es difícil recrear las características de las situaciones “naturales” en un laboratorio. Por ello, los experimentos poseen una baja validez externa.
  2. Efectos sobre sujeto: La conducta de los participantes en un experimento de laboratorio puede no ser del todo espontánea, sino que es posible que esté influida por las expectativas
  3. Efectos del experimentador: Puesto que conoce las hipótesis y los resultados que espera obtener, puede influir en el comportamiento de los participantes del experimento.

Método no-experimental

Se caracteriza por no llevar a cabo ninguna manipulación de variables. El método no-experimental nos permite conocer la existencia de relaciones entre las variables, pero no nos permite establecer relaciones causa-efecto