Teoría Clásica de los Test
Conceptualización
El problema
Al medir un constructo psicológico mediante un test, surge la necesidad de saber si la puntuación obtenida en el test () realmente refleja el valor verdadero del atributo o constructo en ese sujeto, lo que denomino puntuación verdadera (). En otras palabras, necesito conocer la diferencia entre la puntuación observada () y la puntuación verdadera () del sujeto.
El grado en que la puntuación se aproxima a se llama precisión del test. Para evaluar esta precisión, no se analiza solo la puntuación de un individuo, sino que se examina la media de las puntuaciones observadas de un grupo de sujetos. Así, la precisión se define como el grado en que la media de las puntuaciones observadas coincide con la media de las puntuaciones verdaderas.
Sin embargo, existe un problema fundamental: la puntuación verdadera () no es observable ni medible directamente.
Entonces, ¿cómo puedo saber si un test es más preciso que otro? ¿Cómo puedo fundamentar, matemáticamente, la fiabilidad de un test?
La solución
La solución a este problema es la Teoría Clásica de los Test (TCT), desarrollada por Charles E. Spearman en 1904. Spearman fue un psicólogo inglés cuyas contribuciones a la estadística son fundamentales para la psicometría. Entre sus aportes destacan el análisis factorial y el coeficiente de correlación de Spearman.
En el ámbito de la psicología, Spearman formuló la teoría bifactorial de la inteligencia, resultado de aplicar el análisis factorial. De acuerdo con esta teoría, la inteligencia se compone de dos niveles:
- Un factor general (g), que representa la inteligencia general.
- Un segundo nivel de factores específicos, como la inteligencia cristalizada y fluida, o habilidades específicas como la inteligencia verbal, espacial y matemática.
Esta conceptualización de la inteligencia contribuyó a un entendimiento más matizado de las capacidades cognitivas, y sirve como ejemplo de la aplicación de métodos estadísticos en psicología.